Los dueños del mayor banco privado del país y del hemisferio sur, Itaú, y la estratégica Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), entre otras entidades, difundieron un crítico documento quitandando su apoyo al mandatario.
«En lugar de una fiesta cívica, atravesamos un momento de inmenso peligro para la normalidad democrática, riesgo para las instituciones de la República e insinuaciones de desprecio por los resultados de las elecciones. Los ataques sin fundamento que no van acompañados de pruebas cuestionan la imparcialidad del proceso electoral y el estado de derecho democrático que la sociedad brasileña ha conquistado con tanto esfuerzo», dice un trecho de la carta.
El manifiesto no da un respaldo político concreto a nadie, ni cuestiona el modelo económico que los grandes grupos económicos apoyan desde la asunción de Michel Temer en 2016, tras la destitución de Rousseff, así como la continuidad y profundización de ese programa, basado en el techo del gasto público, las privatizaciones y las reformas laboral y previsional ya ejecutadas.
La declaración está firmada también por el jurista Miguel Reale Junior, que fue coautor del pedido de juicio político por pedaleadas fiscales en el presupuesto contra Dilma Rousseff, así como por economistas ligados antiguamente al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
La mayor parte de los firmantes del ámbito empresarial y financiero apoyaron o fueron votantes de Bolsonaro en las elecciones de 2018, cuando Lula estaba preso por la Operación Lava Jato y el candidato del PT era el profesor universitario Fernando Haddad, actualmente favorito a vencer en San Pablo.