Al cumplirse medio siglo de una jornada trágica en la localidad de Trelew, funcionarios y dirigentes estuvieron en la localidad chubutense para conmemorar la muerte de los 16 presos políticos fusilados en la base naval Almirante Zar.
El 22 de agosto de 1972 -una semana después de esa evasión- efectivos navales asesinaron a balazos a 16 militantes en un hecho que se fraguó como un intento de fuga y en el cual sobrevivieron solo tres presos políticos: María Antonia Berger, Alberto Camps y Ricardo Haidar.
Pasadas las 11, comenzaron a llegar al predio de este Centro de Memoria las primeras columnas de las organizaciones sociales y sindicales que iban a participar de esta convocatoria, en día frío y ventoso en las afueras de Trelew.
Luego llegaron los familiares y expresos políticos que durante los años de la represión permanecieron cautivos en la Unidad Penal Número 6 de Rawson.
Cerca del mediodía se hicieron presentes el ministro de Defensa, Jorge Taiana; su par de Cultura, Tristán Bauer; la titular del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, y la presidenta de Télam, Bernarda Llorente.
«A 50 años de la Masacre de Trelew estamos convencidos que la memoria, la verdad y la justicia es la mejor forma de evitar que estos hechos tan trágicos se repitan. Estamos en representación del Gobierno nacional abonado esa política para garantizar la continuidad de la democracia cuando estamos cerca de cumplir 40 años de haberla recuperado», señaló Taiana en declaraciones a Télam.
Funcionarios y familiares ingresaron al Centro de Memoria, donde se exhiben los retratos de los 19 militantes que tiene adjuntados breves textos en los que se consignan sus edades, profesiones e historias de vida.
«Me pareció importante venir y es una sorpresa enorme de volver a sentir las cosas que me pasaban cuando comencé a recuperar mi historia, cuando volví al país en 1993», contó Mario, quien hoy tiene 47 años.
Mario afirmó que Trelew debe ser «un faro para la transformación de la sociedad con un legado que muestre que no hay que quedarse cómodo».
«La idea de la unidad no puede ser algo meramente defensivo, para aguantar. Tenemos que ir a una idea de unidad para la audacia, como pasó acá hace 50 años», remarcó.
Pasado el mediodía, los familiares y los expresos políticos dieron comienzo al acto, Sara Kohon, hermana de Alfredo Kohon, militante asesinado en Trelew, quien afirmó que las víctimas son semillas que florecieron hace 50 años».
La referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Taty Almeida leyó un poema que su hijo Alejandro compuso tras la Masacre, cuando tenía 17 años.
Taty contó durante el acto que en 1975, cuando su hijo desapareció, comenzó a buscar datos entre sus efectos personales y encontró una agenda con 24 poemas. Uno de ellos se refería al asesinato.
«Trelew no ha sido aplastado/ Trelew no ha sido olvidado», se puntualizaba en las estrofas más sentidas que cerraban ese escrito que despertó la emoción de varios de los presentes
La Comisión Provincial de la Memoria (Bonaerense) y el Archivo provincial de la Memoria de Córdoba, entregaron a los familiares documentos sobre seguimientos que organismos de seguridad hicieron sobre ellos y sus actividades durante décadas.
Mientras, seguían los cantos, y las consignas, en tonadas que se identificaban con distintas provincias del país.
Por último, de forma alternada, varios familiares leyeron un documento único bajo la «con la bandera y la consigna 50 años de lucha, unidad y solidaridad, 19 flores rojas siguen floreciendo en Memoria, Verdad y Justicia».
Remarcaron que en el juicio de 2012 se demostró que los hechos de Trelew fueron «un fusilamiento de presos políticos» y no una acción defensiva de marinos que buscaban repeler un intento de fuga.
Afirmaron que aún está pendiente la extradición del exmarino Roberto Bravo desde Estados Unidos, donde recientemente fue encontrado responsable en un juicio civil por su responsabilidad en los fusilamientos.
Aseguraron que su lucha es «inclaudicable» como la de Madres, Abuelas e HIJOS exigiendo Memoria, Verdad y Justicia, y reclamaron que esas políticas deben ser mantenidas por los todos gobiernos.
«Recordar los hechos es el mejor compromiso con la juventud y el futuro», y también pidieron que los legisladores elaboren herramientas para sancionar «el negacionismo de los crímenes de lesa humanidad».
También se denunció la situación de Milagro Sala en Jujuy y se pidió el esclarecimiento de los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.