Ese fue el último mensaje de un marinero que asesinó a su pareja y después se quitó la vida en la localidad. Ella tenía 21 años y el 32 y era adicto a las drogas.
“Amigo, me mandé una macana. Y me voy a matar”. Fue el último mensaje de Jesús Citino (32). Ocurrió el miércoles por la noche. La “macana” era que había matado a golpes a su pareja, Rocío Trigo, de 22 años.
El jueves, Citino cumplió con su palabra y se quitó la vida. Ocurrió en la ciudad santacruceña de Puerto Deseado, escenario en los últimos años de hechos de sangre que conmovieron a su comunidad. Y en algunos casos, también al país.
El amigo de Citino recién pudo llegar al departamento el jueves poco antes de la medianoche. Se encontró con un cuadro impresionante: su amigo sin vida en el baño y la chica en la cama con golpes en todo su cuerpo. Estaba boca abajo, también sin vida.
Fue un femicidio seguido de suicidio, dijo la justicia. Citino tenía serios problemas de adicciones. Tanto drogas como alcohol. Era marinero.
Rocío era empleada de una minera y afiliada a la UOCRA. Es muy posible que la adicción del hombre y una discusión hayan desencadenado la tragedia. Todo es motivo de investigación por parte del juez Oldemar Villa.
Las familias de ambos eran muy conocidas en esta ciudad costera de Santa Cruz. La pareja vivía en un departamento, escenario del desenlace fatal. La justicia investiga los motivos reales del hecho. Y el dato macabro: cuánto tiempo estuvo Citino con el cuerpo de su pareja hasta que decidió quitarse la vida.