Desde que se anunció la habilitación del swap con China, una docena de entidades comenzó a averiguar para poder utilizarlo como moneda para que las empresas paguen importaciones sin pasar por el dólar.
Por eso, antes de pedir esta autorización, las empresas tienen que acordar previamente con sus proveedores de China poder pagar con esta moneda. Fuentes del sector financiero contaron que todo tipo de empresas ya está operando de este modo, desde pequeñas hasta grandes, y de todos los rubros, desde automotrices hasta de tecnología.
De momento, China habilitó la utilización de 35.000 millones de yuanes, cerca de u$s5000 millones, para el pago de operaciones comerciales. Solo en abril se autorizaron importaciones en yuanes por el equivalente a u$s1.087 millones, la mitad de las compras que se hacen al país asiático, según fuentes de la Secretaría de Comercio Exterior.
Sin embargo, el swap de monedas con China está vigente por 130.000 millones de yuanes, equivalentes a unos u$s18.500 millones. De hecho, el ministro de Economía, Sergio Massa, anticipó que Argentina podría ir hasta u$s19.000 millones en el uso del swap “si se dieran las condiciones políticas y si el Banco Central chino accediera”, según comentó frente a ejecutivos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (Amcham).
De hecho, Massa viaja a Beijing el 29 de mayo, con el swap en agenda, así como en búsqueda de inversiones directas de la Ruta de la Seda, y garantías del banco de los BRICS para poder aceitar las importaciones desde Brasil, principal socio comercial.
El interés geopolítico de China no pasa solamente por pisar fuerte en América Latina. “En China quieren que el yuan pase a ser una de las principales monedas del comercio internacional, y así dejar de ser una moneda intercambiada por otra”, comentaron fuentes del sector financiero. En 2022, China fue el principal origen de importaciones de la Argentina, por US$ 17.500 millones.
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