Por un lado, el ministro Massa intenta recuperar la iniciativa de gestión -en contraste con la posición que asumió el presidente Fernández en las últimas horas- toda vez que el anuncio del set de decisiones llega después de conocerse el dato de inflación de abril.
Plazo fijo, depreciación del peso y FMI
Si bien existen varios vectores para el análisis que amplificarían el panóptico, el tercer punto pareciera destinado a sostener la negociación con el Fondo Monetario Internacional. ¿Por qué podría pensarse que esta es la principal medida antiinflacionaria? Porque el Gobierno cree que, independientemente de todas las decisiones que pueda tomar, el verdadero objetivo que se traza es el de sostener la brecha cambiaria en niveles promedio y, para ello, debe sumar dólares en las reservas.
Banco Central
El FMI parece ser, por ahora, el único que puede darle a Massa el respaldo suficiente para lanzar algún plan antiinflacionario con posibilidades de bajarle la velocidad a la escalada de precios. Medidas como una mayor velocidad en el crawling peg del Banco Central o una tasa de interés más elevada son los pedidos necesarios que está reclamando el organismo para hacer ese desembolso. Con esos recursos, el ministro Massa piensa que podrá estabilizar las variables, entre ellas el dólar, que, de otra forma, reaccionan cada vez que se conocer el dato de inflación. Por ahora, la idea es fortalecer el cepo cambiario, ya que su perfeccionamiento implica una especie de shock negativo de oferta que, de alguna manera, compensa la sequía.
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